sábado, 25 de noviembre de 2017

Cuento tibetano: ''El amor siempre espera"

Había una pareja joven en lo alto de la montaña. No tenían gran cosa, tan sólo una casa humilde y sencilla pero al menos lo suficiente para vivir y no pasar hambre.

Un día, la mujer tenía que hacer unos encargos a casa de sus padres, que estaba a dos días a pie de donde ellos vivian. La joven muchacha le dijó:

- "Quiero saber si me amas de verdad"

- ¡Claro que te amo! - Reclamó el marido

Pues entonces haremos una prueba - Mencionó la joven muchacha

Tengo que llevar esto a casa de mis padres, y tardaré unos dos días para volver, nos encontraremos de aquí a dos días en el punto de encuentro de siempre. Bajo el gran árbol seco, cerca de dónde tu trabajas y cerca de donde las mujeres preparamos el té.

Te esperaré - Aseguró el marido

Al pasar los dos días, el joven marido fue justo a las 15:00 horas en punto debajo al árbol como ella dijó.

El marido estuvó esperando y no llegaba, pasaban las horas...

Llegaba la noche y tampoco regresaba la mujer. Al ver que no regresaba se dijó a sí mismo:

"No me ama. Habrá encontrado otro hombre o ha decidido dejarme sin decirme nada quedándose a vivir en casa de sus padres."

Entonces el joven muchacho desolado y triste regresó al hogar.

A la mañana siguiente llegó la mujer justo debajo del árbol, pero al ver que no estaba su marido decidió esperar porque lo amaba de verdad y pensaba quizá haya sufrido un pequeño percance. Espero durante dos días tanto lloviera o hiciese sol y el marido de repente apareció al lado del árbol cuando se dirigía a su trabajo.

"Cariño mío" - Se le acercó el marido con el rostro empapado de lágrimas.

La mujer enfadada le replicó:

¿En verdad me amas?

Claro que sí - Responde el joven marido

¿Entonces por qué no me has esperado?

Te esperé, pero llego la noché, sentí mucho frío y al ver que no venías regrese a casa.

¡Yo te he estado esperando aquí dos días confiando en tí aunque te retrasaras porque creía que me amabas de verdad! ¡Aunque no vinieses te esperé porque pensaba que quizá te había sucedido algo en el camino! ¿Sabes lo que me pasó a mí? De camino a casa de mis padres dos bandoleros intentaron quitarme la comida que les traía a mis padres e incluso intentaron violarme, tuvé que tomar un desvío, y justo en el desvío tropece con un hoyo y me torcí el tobillo. Nada mas llegar a casa de mis padres tuvé que reposar toda la noche por el tobillo. ¿No te has parado a pensar en que quizá me había pasado algo? Si me hubieses amado de verdad me hubieses esperado.

Y así es como la mujer abandonó a su marido y se regresó a casa de sus padres.

El amor verdadero siempre espera y tiene una paciencia infinita.

FIN

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